jueves, 13 de enero de 2011

El Sexo es Salud


Segura estoy que a todos les gusta el sexo por lo plasentero que es pero... que mas debemos saber? el articulo es largo pero te aseguro vale la pena...

La actividad sexual produce estrógeno, sustancia responsable de estos beneficios. Es una fórmula tremendamente efectiva para estar guapa, atractiva y cómoda con una misma. A ver cuándo se deja de prescribir tanto medicamento y se empieza a recomendar sexo, pero del bueno. Los hábitos saludables, como comer bien, tener buen humor, no estresarse, hacer deporte… van complementados con la práctica habitual y placentera del sexo.

No sólo está ahí para procrear o pasárselo bien, también afecta positivamente a la salud.

Hacer el amor elimina las probabilidades de sufrir manchas en la piel, limpia los poros, ayuda a quemar calorías y a mantener el cabello suave y brilloso. ¿El motivo? aumenta en el cuerpo la cantidad de estrógeno, que produce estos beneficios.

Se descubrió científicamente que, cuando la mujer hace el amor, produce doble cantidad de estrógeno, la hormona que mantiene la piel suave y le da brillo al cabello, por eso el sexo puede ser un buen ejercicio para la belleza.

Hacer el amor de un modo suave y relajado elimina las probabilidades de sufrir dermatitis, erupciones y manchas cutáneas. El transpirar limpia los poros y es saludable para la piel. Además, se pueden quemar hasta 560 calorías, y eso equivale a una hora y media en una bicicleta.

Es uno de los ejercicios más completos que existen porque entona todos los músculos del cuerpo pero también es una cura instantánea para la depresión leve. Hace circular la endorfina por el sistema sanguíneo, produciendo una agradable sensación de euforia y bienestar.

El estrógeno es una hormona que retarda el proceso de la osteoporosis y puede proteger contra la hipertensión. Cuantas más relaciones sexuales se tengan, más se ofrecerán. El cuerpo sexualmente activo segrega más cantidad de sustancias llamadas feromonas que vuelven loco al sexo opuesto.

Practicado con toda regularidad, el sexo mejora notablemente la salud mental. Saca a relucir las emociones, incluso la risa. Se ha comprobado que la risa alivia el estrés, eliminando el exceso de hormonas como la adrenalina, y haciéndole sentir eufórico, pero calmado.

Tal es así que en Suecia, los funcionarios de la república han establecido días de fiestas sexuales para que la gente "olvide las cosas apremiantes y se pueda relajar". El frecuente contacto sexual hace los labios más besables. Les da color, mejor forma y apariencia.

También ayuda a prevenir la celulitis. Mejora la circulación de fluido linfático en el cuerpo. El sistema linfático se encarga de eliminar bacterias, toxinas y otras sustancias que se acumulan en el organismo, especialmente en los muslos.

Si hace el amor al menos una vez a la semana, estará menos irritable y le afectará menos la tensión diaria. Y será una de las más bonitas gracias a un tratamiento económico y placentro.

No podríamos decir que es un deporte, sin embargo una relación sexual insume una determinada cantidad de energía física, comparable a otras actividades por lo que estaríamos en condiciones de afirmar que, cuando menos, es un ejercicio saludable.

Claro que dependerá de la intensidad de la relación, pero ¿te gustaría bajar de peso a través de una buena sesión del mejor sexo?

Como decimos, la intensidad del acto sexual es decisiva para determinar la “calidad” del ejercicio. Aquí debemos considerar que en una relación “normal” (con la debida salvedad de lo que debe considerarse como “normalidad”), una pareja pone en juego su destreza física a través de las diferentes posiciones, la frecuencia y vigor de los movimientos y por sobre todas las cosas, la extensión de un acto sexual completo.

Durante el coito la frecuencia cardíaca aumenta, se dilatan los vasos sanguíneos de la región pélvica, se acelera la respiración, se producen espasmos musculares y finalmente el orgasmo libera una considerable cantidad de energía acumulada.

Los expertos afirman que un acto sexual promedio, con una duración estimada de 20 minutos y una actividad moderada, representa alrededor de 150 calorías consumidas, lo que podría compararse con un vigoroso ejercicio de subir y bajar 9 pisos por escalera.

De esto se deduce que una relación sexual no sólo afecta al estado anímico de las personas, mediante la liberación de endorfinas, sino que además constituye un saludable y muy recomendable ejercicio para mantenerse en forma. Además es muy divertido.

martes, 4 de enero de 2011

Meditacion Zen


Según la filosofía Zen la meditación no es una técnica, no se puede practicar como un ejercicio común ni tampoco es un esfuerzo que hay que hacer, porque no forma parte de nuestros pensamientos, porque recién donde terminan nuestros pensamientos comienza la meditación.

La meditación es un estado natural, sólo es un estado que hay que recordar porque está dentro de nosotros mismos esperándonos.

Es un estado de claridad interior, no un estado mental, porque la mente es pura confusión. Recién cuando los pensamientos desaparecen se puede ver muy lejos, hasta el fin de la existencia.

Tampoco se trata de intentar de dejar de pensar porque entonces estaríamos practicando otra técnica más. Sólo hay que dejar que los pensamientos decanten, sin hacer nada, relajado, como si estuviéramos durmiendo despiertos.

Después de un tiempo, de repente uno estará consciente, la meditación viene sola, simplemente ocurre.

Hay que cambiar la “Gestalt” es decir, la forma de percibir, porque normalmente tenemos conciencia de los diálogos internos pero no de los espacios entre cada una de las palabras.

No es posible ver los opuestos al mismo tiempo, cuando vemos lo opuesto lo primero desaparece. La mente sigue mirando las palabras y por ello no ve los silencios después de cada palabra. Sólo hay que cambiar de enfoque.

Las personas fallan en la meditación porque creen que es algo aburrido, sin embargo la verdadera meditación no es así, se disfruta enormemente, porque no se trata de seriedad sino de tranquilidad.

Si uno está relajado, las palabras que surgen con los pensamientos son las figuras de una “Gestalt” o forma de ver, y el silencio es el fondo. Tendremos que fijar la atención en el fondo que es el silencio, donde no hay ninguna huella para recordar. En ese vacío estamos nosotros, como realmente somos.

La mente significa palabras y el Yo esencial significa silencio. Por ejemplo, el aburrimiento que ocasiona el repetir un mantra o una oración muchas veces nos ayuda a deshacernos de las palabras y a deslizarnos hacia el silencio. Pero no hay que dormirse.

Al principio es difícil pero se puede llegar a que la mente deje de hablar espontáneamente, es posible y sin esfuerzos, porque es como cuando intentamos dormir, no podemos forzar el sueño porque viene solo cuando nos relajamos y abandonamos nuestro diálogo interno.

La meditación aporta inteligencia infinita y la vida se vuelve más rica pero jamás hay que forzarla, ni ser un asceta ni un masoquista para lograrlo. Sólo hay que lograr ser plenamente consciente de nosotros mismos.

La mente nos sigue engañando porque no somos capaces de ver las verdaderas motivaciones de nuestros actos. ¿Por qué le pegamos a nuestro hijo? ¿porque no hizo la tarea? o ¿porque estamos furiosos con nuestro jefe?

Las personas más creativas se convierten en adeptos de la meditación, en realidad meditan sin darse cuenta, se concentran en algo que los motiva.

Las no creativas tienen mayores dificultades, tienen miedo de salirse de su rutina.

Los poetas, los pintores, los músicos, los bailarines logran penetrar la meditación más fácilmente que los hombres de negocios que viven una vida rutinaria y sin la más mínima creatividad.

La mente es el pasado que está controlando el presente y el futuro y nos dice que si seguimos haciendo lo viejo seremos más eficientes porque tenemos ya la experiencia y lo nuevo es lo desconocido.

Por eso, cuando tengamos que escoger entre dos alternativas tendríamos que elegir siempre la nueva, la más difícil, la que requiere una mayor conciencia. Es decir, escoger siempre la conciencia a expensas de la experiencia y así se creará la situación en que la meditación se hará posible.

Un día escuché a una actriz exitosa que le contestaba a un periodista, sobre la posibilidad de realizar otro programa diferente: “La experiencia me enseñó que jamás tengo que abandonar un éxito”, le dijo.

Gracias a esa forma de pensar la televisión sigue siendo decadente, porque es más seguro para los productores que arriesgan dinero, y es también más seguro para los actores que conservan así su trabajo. Renuncian a la incertidumbre porque tienen miedo, cuando la vida es sólo inseguridad y cambio.